Hija de fundador de Hamás deja el islam y encuentra a Cristo: “Jesús me liberó del miedo”
- Cielos Abiertos Tu Radio
- 2 nov
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Criada en Qatar dentro de una familia profundamente vinculada a Hamás, Juman recuerda que desde pequeña fue instruida para odiar: “Me educaron para detestar a Israel, a los judíos, a los cristianos, incluso a los musulmanes chiítas, y a todos los que no pertenecían a Hamás”, contó
Durante su juventud, estudió en escuelas islámicas donde se le enseñaba que el Corán ordenaba la muerte de los judíos. Más tarde, casada con un miembro de Hamás en Gaza, presenció de primera mano la violencia, la corrupción y el terror que el grupo ejercía no solo contra Israel, sino también contra su propio pueblo.
“Si no perteneces a Hamás, vives con miedo”, relató. “Vi morir a vecinos porque mi esposo, en lugar de advertirles, dejó que bombardearan su casa para culpar a Israel”. Aquellas experiencias la llevaron a cuestionar su fe y la naturaleza del dios que había aprendido a temer: “Me di cuenta de que algo estaba mal. El dios del Corán no podía ser el verdadero Dios. Era un dios cruel, lleno de odio, y yo vivía aterrada por no ser suficiente y por ir al infierno”.
Desesperada por conocer la verdad, comenzó a orar sinceramente: “Dios, si existes, quiero conocerte. Quiero que me salves”. Entonces empezo a buscar información en los evangelios.
La paz que sintió la llevó a quedar profundamente conmovida por el mandato de amar incluso a los enemigos. Con la ayuda de cristianos egipcios a través de internet, comenzó a leer la Biblia y finalmente aceptó a Cristo como su Salvador.
“Jesús es vida. Él vino a darnos libertad, gozo y esperanza”, afirma Juman. “Creo que Jesús ama a los musulmanes y quiere liberarlos del miedo. Él es el único camino”.
Hoy, Juman denuncia abiertamente las prácticas de Hamás: “No protegen a Gaza ni a los palestinos. Usan a la gente para mantener su poder. Desvían el dinero de ayuda humanitaria para construir túneles, no refugios. Usan a los niños como escudos humanos”.
También recuerda que, antes de la Intifada, judíos y musulmanes convivían en paz: “Fue Hamás quien rompió esa convivencia, atacando a Israel y poniendo en peligro a ambos pueblos”.
Actualmente, Juman vive su fe en libertad, convencida de que el amor de Cristo trasciende toda frontera religiosa o política. “Debemos mantener la mirada en Jesús”, concluye. “Él es el único camino y la única esperanza para árabes, judíos y cristianos por igual”.








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