Pastor cubano lanza campaña de oración de 1.000 horas e insta a la unidad nacional en medio de la crisis

El pastor y su congregación en la ciudad de Las Tunas hacen un llamado a la oración por la actual situación socioeconómica de la isla.

Un pastor cubano ha llamado a los cristianos de toda la isla a unirse a una iniciativa de oración de 1.000 horas, pidiendo a Dios que intervenga en la crisis económica y social que empeora el país.

El pastor de la Iglesia Evangélica Pentecostal de Puerto Padre, en la provincia oriental de Las Tunas, afirmó que él y su congregación ya han comenzado la campaña de oración en colaboración con el presbiterio local. Publicó un videomensaje instando a las iglesias y consejos cristianos de todo el país a unirse a la campaña, describiéndola como una respuesta espiritual a las crecientes dificultades de Cuba.

“Queremos pedir a todos los cristianos de este país, a cada iglesia, a cada consejo de Cuba, que se unan a la oración que estamos realizando aquí”, dijo, subrayando la urgencia del momento.

El pastor citó la realidad cada vez más difícil que enfrentan los cubanos —apagones diarios, escasez de alimentos y medicinas, y una creciente sensación de desesperación— como motivo del llamado. Dijo que muchos ya no pueden soportar la vida que llevan e instó a los creyentes a humillarse ante Dios y orar con insistencia, confiando en que Dios obrará algo en esta tierra.

Describió el esfuerzo como un llamado a una “intervención sobrenatural sobre Cuba que traerá la respuesta radical a todas nuestras necesidades y problemas”.

El mensaje también enfatizó la responsabilidad colectiva, animando a cada cristiano, pastor e iglesia a responder y rechazar la indiferencia. Para muchos, la oración se ha convertido en una fuente de esperanza, tanto de avivamiento espiritual como de alivio práctico ante las dificultades.

Cuba se encuentra sumida en una de sus peores crisis socioeconómicas en décadas. El gobierno afirma que la economía se contrajo tanto en 2023 como en 2024, mientras que la inflación se mantiene muy alta, lo que erosiona el poder adquisitivo de los hogares.

Casi toda la población sufre escasez de bienes básicos, como alimentos, combustible y medicamentos. Los apagones que duran muchas horas al día y la falta de agua corriente para casi un millón de personas se han vuelto comunes.

El turismo, que en su día fue una fuente crucial de divisas, no se ha recuperado desde la pandemia, lo que ha agravado la escasez de ingresos estatales. El gobierno ha respondido con controles de precios, recortes presupuestarios y el continuo racionamiento de alimentos para miles de familias.

Los salarios siguen siendo muy bajos, lo que deja a la mayoría de los cubanos con escasa capacidad para cubrir sus necesidades básicas. Las dificultades resultantes han impulsado una ola migratoria histórica, con más de un millón de cubanos abandonando la isla desde 2020.

Cuba permanece bajo un régimen comunista de partido único, sin medios de comunicación independientes ni oposición política formal. En marzo de 2024, estallaron protestas en todo el país por la escasez y los apagones. El presidente Miguel Díaz-Canel se comprometió a restablecer el suministro eléctrico y asegurar el suministro de alimentos, incluyendo la aceptación de donaciones de arroz chino, pero también culpó a Estados Unidos y a los medios de comunicación capitalistas de fomentar el malestar. Organizaciones internacionales denuncian que continúan las detenciones arbitrarias y los juicios sumarios de disidentes. 

Para muchos cubanos, la campaña de oración representa no sólo un grito de intervención divina sino también una de las pocas vías que quedan para expresar las esperanzas colectivas de cambio.